martes, 5 de agosto de 2014

Etica y Deuda Externa

EL PROBLEMA ETICO DE LA DEUDA EXTERNA. 
EL PARTIDO DE LA DEUDA. EL PROBLEMA PRÁCTICO.
 SILVIO H. COPPOLA
             Hace más de diez años y ante el problema constante de lo debido por deuda externa y el default producido a fines de 2001, Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, tuvo oportunidad de disertar en el Congreso de la Nación, sobre la importancia del tema y sobre la necesidad de resolver el mismo, de manera que no afecte principalmente a la población de menores recursos del país, como inevitablemente iba sucediendo. Por eso el día 9 de julio de 2005, publicó una nota en el diario HOY de la ciudad titulado “Deuda Externa: la visión de la Iglesia”. Donde después de recalcar la necesidad de justicia y la falta de esta a todo nivel y en especial en las relaciones internacionales, señaló que esa falta se notaba “. . . .en una cuestión harto concreta que nos concierne a los argentinos: la deuda externa. Dice al respecto el Compendio (de la Doctrina Social de la Iglesia): ·El derecho al desarrollo debe ser tenido en cuenta en las cuestiones ligadas a la crisis que, por sus deudas, afecta a muchos países pobres. Tal crisis reconoce en su origen causas complejas y de género variado, sean de carácter internacional, fluctuaciones cambiarias, especulaciones financieras, neocolonialismo económico, sean de índole interna de cada país endeudado: corrupción, mala gestión de los dineros públicos, utilización distorsionada de los préstamos recibidos. Los sufrimientos mayores atribuibles a cuestiones estructurales, pero también a comportamientos personales, castigan a las poblaciones de los países endeudados y pobres, que no tienen ninguna responsabilidad. . . .” así la Iglesia ha afirmado “. . .que el mecanismo de la deuda compromete las economías y los niveles de vida de los países en desarrollo, y ha reclamado aplicar una ética de supervivencia que regule la relación entre acreedores y deudores. .. . . . .no podemos olvidar la frivolidad con que en tiempos recientes, nuestro país se fue endeudando muy por encima de sus posibilidades de pago, y no para favorecer inversiones de desarrollo, sino para mantener un bienestar financiero aparente, cuya falta de sostén económico fue oportunamente señalado.. . . . . . .Cuando se oye hablar hoy de ·regreso a los mercados de capital· y se escuchan otras expresiones de optimismo parecidas acerca de la viabilidad de alguna suerte de nueva patria financiera, aparecen motivos para temer. . . . .Por otra parte, el mejoramiento de las condiciones para el pago de nuestra enorme deuda externa no equivale a la resolución del problema que ella significa. . . . .La usura no consiste solamente en la aplicación de intereses exorbitantes, sino también en el hecho: que el deudor no pueda jamás dejar de serlo. . . .”. Resumen de situaciones proféticas. Lamentablemente. Y ya monseñor Aguer en su programa radial “Los Dos Reinos”,por Radio Provincia de Buenos Aires, en colaboración con el profesor Fernando Estrada, del 24 de septiembre de 2003, habían comentado la “Consideración ética de la deuda externa”. Expresando en el mismo la corresponsabilidad de los acreedores de la deuda, que afecta a todos desde el punto de vista moral, constituyendo la usura un drama y un pecado, que destruye familias y hunde países, con servidumbre permanente; se transfiere y se transfieren bienes a los ricos y si no hay un orden internacional justo y se siguen tomando préstamos para pagar préstamos, se quebrará la justicia en el mundo y eso traerá consigo la quiebra de la paz; por consiguiente, tiene que haber una visión ética de la deuda.


             Los puntos de vista anteriores, fueron comprendidos y seguidos por diversos foros y organizaciones de carácter popular, que en estudios de la cuestión y en varias charlas que fueron produciéndose a través de los años hasta esta parte, plantearon los mismos de manera pública. Así fueron recreándose preguntas, al margen de cuestionar o no las presuntas obligaciones y legitimidades con los reales o pretendidos acreedores,  como ¿debe pagarse una deuda que cuesta la vida y el sufrimiento a gran parte de la población? ¿Sería inmoral el no pago o más bien sería inmoral hacerlo causando desesperación, angustia e incluso la muerte a gran parte del supuesto deudor? Indudablemente son temas para meditar. Más considerando, además de lo expuesto precedentemente y la posición de la Iglesia Católica, que la usura, como de hecho produce las obligaciones inherentes a la deuda externa, está condenada desde los tiempos más remotos de la Humanidad, cuyo castigo contemplaba el Código de Hammurabi, los principios de Grecia y Roma y la Biblia judía. Hasta clásicamente en “El mercader de Venecia”de William Shakespeare se trata el tema, con un culminación evidentemente moral.
             Cabe destacar que en 1990, los obispos católicos de Estados Unidos, firmaron una manifestación, afirmando que ninguna“. . . .de las Escrituras obligaría a los hambrientos a morir de hambre y hacer morir de hambre a sus niños, simplemente para cumplir obligaciones contractuales a fin de reembolsar a los ricos y a sus instituciones. . . . .lo que sería intolerable”.
             Aquí tiene importancia resaltar que de acuerdo al artículo 31 de la Constitución Nacional, los tratados con las potencias extranjeras integran la Ley Suprema de la Nación y en consecuencia todos los firmados acerca de la protección de los Derechos Humanos, tienen jerarquía constitucional. Entre ellos, el derecho a la vida, al trabajo, a la alimentación, al vestido, a la vivienda, a la salud, a la educación, a la seguridad personal y otros. Indudablemente el cumplimiento todos estos tratados, se hace imposible, si se privilegia ante ellos, el pago de una deuda exorbitante, usuraria y fundamentalmente fraudulenta desde sus orígenes. Entonces ¿sería lícito pagar y pagar más dinero, sin solución de continuidad, a costa de la salud y de la miseria de tantos de nuestros compatriotas? ¿Es moralmente permisible, aunque sea metafóricamente, que el deudor pague a costa de vida y sufrimientos su libra de carne? No, estimo que no puede ser ello lícitoEs más, cumplimentar en la situación que vivimos tales exigencias de los acreedores, responsables en gran parte ellos mismos de su situación actual, es violentar reglas éticas de conducta. Las que no nos podemos dar el lujo de transgredir a costa de nuestro mismo perjuicio.
             Vayamos ahora a lo que ha dado en llamarse, por estudiosos dignos de encomio como Héctor Giuliano y Javier Llorens, como el partido de la Deuda. Estos integran la gran mayoría del espectro político, económico y financiero de la república. Para este partido la deuda, sin ser estudiada a fondo, sin ser analizada detalladamente y aún sin intervención del Congreso (arts.75 inc.4 y 7 CN), como pasó con el acuerdo último con el Club de París, debe ser pagada o en su caso refinanciada, sin más. O sea parecida posición a la que tomara el presidente Nicolás Avellaneda, que al aceptar si fuera necesario pagar con el hambre y la sed de los argentinos, dirigiéndose a nuestros acreedores de entonces, como era un caballero, les afirmó que no dudaba de los números que presentasen. Él seguramente lo era, pero también un caballero muy cándido y desde luego, entonces los buitres ya existían. En definitiva este partido, exige a un país sin recursos para hacerlo, el cumplimiento a todo trance de las reales o supuestas deudas. Y posición tan extrema y gravosa ¿Porqué? Primero según ellos, porque el que debe algo, debe de pagarlo.Pacta sunt servanda. Parece razonable, aunque no provenga de hombres caracterizados por su gran honradez y amor a la patria. Pero indudablemente, como ya se dijo más arriba, hay intereses superiores sobre esto, que hacen a la vida y al desarrollo de cualquier grupo humano y en especial a un gran país como el nuestro, que prácticamente le impiden cumplimentar obligaciones que no han sido ni estudiadas ni aprobadas por quien supuestamente debía hacerlo, que es el pueblo mismo. Habrá que ver en su caso, a qué se le da primacía. Ya señalaran esta cuestión en época tan lejana como la década de 1930, Manuel Ortiz Pereyra y Raúl Scalabrini Ortiz. Y basta recorrer las Zonceras de Arturo Jauretche, para saber de qué se trata este pudor de que hay que pagar porque se debe. Aquí nadie puede echar la primera piedra y mucho menos acusar de nada, por parte de países o individuos del imperio o cercanos a él, caracterizados por invasiones, muertes y tropelías de todo tipo, amparados en  la inmunidad que les da su poder militar y no precisamente apoyados por ningún derecho positivo y mucho menos por cualquier imposición moral.
             Vayamos ahora al aspecto práctico de la cuestión, puesto en segundo término por los seudo moralistas. ¿Cómo nos perjudicaría este default, default técnico o como quiera llamarlo la impericia del gobierno?. En términos generales, ya ha sido expuesto como falta de préstamos, falta de inversiones, disminución del comercio, precariedad de las relaciones laborales por falta de trabajo, cierre de empresas, compras internacionales sólo al contado y una serie mayor aún de calamidades de todo tipo. Si la oveja negra salta del redil, seguramente va a ser atacada de diversos lados y entonces se verá su capacidad de resistencia. Pero desde luego, no con este gobierno, que sólo ve soluciones salvado este obstáculo de los fondos buitre, en conseguir nuevos empréstitos del mercado internacional de capitales, para pagar viejos empréstitos del mercado internacional de capitales.  Con deudas nuevas, pagar deudas viejas y así poder seguir tirando hasta 2015, donde paradojalmente y con seguridad, ningún funcionario del gobierno y en especial los componentes de La Cámpora, se retirarán en estado de pobreza y cesación  de pagos particulares. Así, con un arreglo aunque sea a medias, todavía en el día de hoy tramitado en Nueva York, se buscará a todo trance salir temporariamente del pantano. Pero el único horizonte en este caso, parece ser el ya dicho, del endeudamiento eterno y cada vez mayor. Por consiguiente y habiéndose agotado los recursos del Banco Central, de la AFIP, del Banco Nación, de la Anses, en el mejor caso para este gobierno, pagador serial y el mayor de la historia según sus propias afirmaciones, será subsistir con el ahora tan lejano maná de los préstamos internacionales, los que de lograrse, cada vez nos dejarán una herencia más gravosa, con crisis que se van a repetir periódicamente cada diez o doce añosY así, llegaremos al final de la historia: o cada vez debemos más y las riquezas del país se la seguirán llevando los inversionistas o se hace una reestructuración total de la deuda, aplicándose supletoriamente las normas del derecho privado y considerando la capacidad de repago del país. Alea jacta est.
 LA PLATA, agosto 4 de 2014.
 SILVIO H. COPPOLA
Miembro del 
FORO ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada
forodeudaexternalp@hotmail.com

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